Córdoba, capital de la España musulmana, es cabecera de un territorio situado en el centro de la geografía andaluza. Se encuentra a la orilla del río Guadalquivir y alcanza las últimas cimas de Sierra Morena. Es la tercera ciudad más grande y poblada de Andalucía y la duodécima de España.
Córdoba goza de un ingente legado cultural y monumental convirtiéndola en la única ciudad del mundo que cuenta con cuatro inscripciones en la Lista de Patrimonio Mundial concedidas por la Unesco: la Mezquita- Catedral (1984), edificio religioso considerado el más importante de todo el occidente islámico; el centro histórico que la rodea (1994), reconocido como el segundo más extenso de Europa; la Fiesta de los Patios Cordobeses (2012) y, por último, la ciudad califal de Media Azahara (2018), el mayor conjunto arqueológico del todo el país.
La riqueza de las tierras cordobesas y la fertilidad de su valle la configuraron como lugar idóneo desde las primeras ocupaciones prehistóricas. El primer asentamiento propiamente dicho data de la era de Bronce Final (siglos IX y VIII a.C) y con la llegada de fenicios y griegos a la península, la ciudad se reafirma como un importante centro minero y comercial. Uno de los momentos de mayor esplendor en Córdoba se auspicia con la llegada de los romanos (siglo II a.C) proporcionando grandes filósofos como Lucio Anneo Séneca o poetas como Lucano. Tras la expansión musulmana por la península ibérica, el territorio del Al-Andalus cordobés se erige en el principal foco de irradiación cultural y económica de la Europa medieval. Según los testimonios arqueológicos, la ciudad llegó a contar con alrededor de un millón de habitantes hacia el siglo X, siendo la ciudad más grande, culta y opulenta de todo el mundo.